UN VERDADERO RETO

Berta me decía: “No, si nosotros como pareja funcionamos bien, el problema está cuando están los hijos de por medio.”
“No soporto ver cómo tratar al mayor. ¡No se da cuenta de que solo tiene nueve años! Y yo ya me conozco la teoría y debería callarme y no contradecirle delante del niño pero es que de verdad que no puedo más.”
Ante lo cual Juan, comenta:
“Reconozco que no lo hago bien, que me pasó y que se me va de las manos… Pero lo que menos me ayuda es recibir la crítica en directo de mi mujer que me desautoriza por completo y que me hace sentir todavía peor.”
Este cuadro no es nada extraordinario. Somos distintos y de manera distinta, con prioridades distintas, con sensibilidades distintas y con modos de hacer distintos abordamos la educación de nuestros hijos.
Y claro, en cualquier otro ámbito de nuestra vida personal o profesional, podemos admitir un margen de experimentación. Quiero decir que puedes estar dispuesto a ceder en la elección del lugar de veraneo, y si te equivocas pues al año siguiente lo repites y ya está. Pero cuando se trata de nuestros hijos… No pensamos que haya un margen de maniobra, quiero decir que tenemos toda la presión para hacerlo bien, muy bien de hecho.
Por eso a Berta le cuesta tanto…,tanto que no lo hace, callarse cuando ve una situación injusta con su hijo mayor. Es precisamente por eso, porque puede admitir una posibilidad de error con casi cualquier cosa pero no con sus hijos.
Juan es consciente de que debe cambiar, pero al mismo tiempo ver minada su posición en casa todavía le causa más frustración y le dificulta ese cambio que él mismo ve que necesita.
Creo que habéis podido deducir la única fórmula de solución posible: que hablen, que hablen, que hablen… ellos dos deben encontrar el modo de ponerse de acuerdo y de equilibrarse a la hora de afrontar la educación de sus hijos, y luego si con lo que hayan acordado, entregárselo a sus hijos como un único bloque en el que casi ni se pueda ver la diferencia de opinión entre papá y mamá.
El trabajo es nuestro, los adultos somos nosotros, nos toca emplearnos a fondo!
Nadie dijo que esto de educar fuera fácil!