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TRABAJAMOS LOS DOS DENTRO Y FUERA DE CASA

3 May, 2020

Seguimos confinados y si bien la semana pasada nos fijábamos en lo importante que era ser conscientes de que estábamos obligados a quedarnos en el lugar en el que vamos a encontrar la felicidad, nuestra casa, esta semana quería escribir algo sobre la realidad en la que estamos la mayoría de las parejas que es tele trabajando desde casa en nuestros trabajos y atendiendo el trabajo de casa, que con todos dentro se presenta tan demandante como siempre.
Nunca he sido de cuotas ni de porcentajes en estos temas, pero lo que es una realidad es que bien entrado el siglo XXI las mujeres siguen dedicando un promedio de dos horas más que los hombres a la atención del hogar y la familia.

Probablemente las estadísticas en esta semanas hayan cambiado, o al menos algo se hayan modificado.

“ No sabía yo que esto de las tareas del hogar era tan duro” decía el otro día un chaval veinteañero a su madre. Efectivamente creo que la estrecha convivencia con la realidad de las tareas domésticas nos hacen ver lo duro que puede ser y lo frecuentemente ingrato que puede resultar ese trabajo de poco brillo y reconocimiento.
De la misma manera que reivindico el hogar como lugar para ser feliz, pongo el foco hoy en que ella y él son dos cabezas de familia con igual responsabilidad en la atención de su casa y de sus hijos si los tienen.
Otra cosa es como decidan organizarse ella y él, mientras sea algo hablado y consensuado entre los dos estará bien.

Que nadie os venga con la escuadra y el cartabón a delimitar lo que deberían ser competencias de uno u otro, hay momentos en la vida en los que puede haber desequilibrio porque los dos creen que es mejor que sea así.

Pero insisto que no sé de nada por hecho, y menos aún que no se deje de agradecer y reconocer el trabajo de aquel de los dos que esté arrimando más el hombro. Sabiendo qué “ porque yo lo esté haciendo no quiere decir que no sea exactamente igual tu responsabilidad también”
En este terreno lo más inteligente sin duda es una reposada y pensada distribución de tareas entre los dos. Si hace falta con papel y lápiz. Insisto no se trata de porcentajes ni menos aún de revanchismos. Sino que lo que conseguimos es que así se garantice el descanso de uno que sabe que el otro se ocupa de tal aspecto y viceversa.
Y qué importante es descansar en casa!

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