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IT TAKES TWO TO TANGO: La llamada hipermaternidad y el padre periférico

15 Nov, 2020

Cuando leí algo sobre la hipermaternidad reconozco que este concepto me hizo pensar, también hoy me hace pensar. A priori es como si dijéramos que ¿se puede ser demasiado madre? Como si se pudiera ser demasiado amigo o demasiado compañero. No parece muy razonable. No se puede ser demasiado bueno. En ese sentido nos deja perplejos este concepto. ¿De qué estamos hablando?
Pues quizás de lo que le ha pasado a Cris. Que su punto de mira se ha ido cerrando más y más sobre su hija y al final realmente no ve mucho más allá de lo que le rodea a Isabelita. Y eso, claro, no puede ser. Cris tiene una vida mucho más allá de su maternidad, que incluye en primer lugar a Jose, y detrás un sinfín de personas y dedicaciones que enriquecen su vida y la hacen más plena. Todo eso es lo que Cris está descuidando por exceso de celo, se podría decir, hacia su hija.
El problema es que ni siquiera disfruta de su hija plenamente, porque esta actitud genera ansiedad. Preocupación al ver tan vulnerable a la niña y tan inexperta una misma. Y esa ansiedad no se ve paliada por la presencia de su pareja porque Cris no cuenta con Jose realmente. No se fía de si misma ¡como para fiarse de él! Y eso genera soledad.
Jose ha sido padre y también se siente solo. Justo ahora que son tres, no puede disfrutar ni de su hija ni de su mujer, como antes. No entiende nada y aflora el mal humor, las críticas, etc.
Y claro, de la mano de ese malhumor viene el alejamiento, se aparta, toma distancia y evitar participar o intervenir en todo lo que se refiere a la crianza de Isabel.
Y así comienza el círculo vicioso: porque Cris se va a sentir cada vez más sola y va a vivir con la sensación permanente de ser ella la única sobre cuyas espaldas pesan las decisiones que tienen que ver con Isa. Acusará y mucho la ausencia de Jose, al que empezará a culpar y reprochar su falta de implicación.
Fijaros que absurdo: los dos pasándolo mal en solitario, los dos víctimas de una misma situación que se ha propiciado por la acción y la inacción de uno y otro.
Menos mal que Cris y Jose se quieren. Menos mal que no les falta cabeza y en un momento de parón y de reflexión, es probable que se den cuenta de que están alejándose cada vez más y que esto no solo provoca una soledad insoportable bajo el mismo techo sino que además puede poner en peligro la vida y la supervivencia de su propia relación.
Cris y Jose, ojalá sean capaces de hacerlo solos, deben detenerse sobre esta realidad que ellos mismos han creado, hablar a fondo sobre lo que cada uno siente y espera del otro, de la paternidad y la maternidad, del ritmo de vida que llevan… deberán decidir quien hace que, y el que no esté haciendo que se aparte y deje al otro hacer a su manera. Que importante es daros descanso el uno al otro ! Y poner las cosas en su sitio.


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