Ya estamos en la cama, ¿os acordáis? Hemos querido cerrar el día juntos y apagamos la jornada al unísono fundiéndonos en un abrazo.
Pero a veces ese abrazo se convierte en algo más. Qué importante es que el lenguaje entre los dos esté suficientemente claro para evitar malentendidos, en los que uno quiere y la otra persona no. Habrá que respetarse y saberse entender. Tanto al que no ve que sea el momento como al que se muere de ganas. Es momento de ser generosos y de pensar mucho en el otro. Generosos para asumir ese “hasta mañana!” Y generosos para animarse aunque no haya demasiadas ganas…
El resultado de ese ser generosos el uno con el otro es saber vivir muy juntos y cercanos la unión íntima. Tanto si se produce el encuentro en ese momento como si no.
Si se produce, habréis vuelto a plasmar con la imagen más poderosa que existe que dos cuerpos pueden ser una sola carne. Y si no se produce porque sabréis abrazaros con cariño y esperar.
Debéis llegar juntos a ese momento de unión. Debéis cuidaros el uno al otro con gestos y detalles que os ayuden a avanzar a un ritmo similar. Cuantas veces la falta de atención a los distintos tiempos de él y ella tienen como consecuencia que la mujer no llegue a disfrutar de la relación. Los tiempos son fundamentales!!
El círculo virtuoso del amor conyugal
Ayer hablando con un buen grupo de matrimonios en Alicante nos deteníamos en lo bien pensado que está el círculo virtuoso afectivo en el amor...
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