El cansancio: enemigo nº1

Hace unos días, en el arranque del año, hablábamos de no perder de vista que entre los propósitos de Año Nuevo debería estar cambiar algo en el modo en el que os relacionáis para mejorar y crecer juntos. Ya sabéis aquello de si quieres que ocurra lo mismo haz lo mismo, por lo tanto para cambiar habrá que hacer cosas distintas.
Y el cansancio es lo primero que nos frena, se puede unir con la desgana, con la apatía, con la falta de costumbre, con la inercia mala… Pero desde luego si desde donde fondo tenemos el estar agotados va a costar mucho poder avanzar.
Esta es una realidad con la que convivimos todos, en mayor o menor medida, por lo que no podemos engañarnos diciéndonos aquello de:
“ ya saldremos otro día que hoy no puedo con mi alma”
Porque ese otro día seguramente no llegará.
La idea es ser consciente de que estamos así de cansados, contar con ello y sobreponerse y superar ese cansancio, igual que lo hacemos si se trata de una obligación de trabajo, o de un plan quizá social en el que ya nos hemos comprometido.
Se trata de evitar aquella fórmula tradicional de “la cuerda siempre se rompe por el lado más débil”
Fortaleced el lado de la cuerda en el que estáis vosotros, recordad que con esa cuerda tenéis que tirar de muchas cosas y mucho tiempo así que no dejéis de cuidarla!