CERCA DE TU FAMILIA POLÍTICA POR AMOR…A TU PAREJA

Continuamos con el segundo círculo concéntrico que rodea a la pareja, acordaros de que el primero son nuestros propios hijos, el segundo son nuestras familias de origen.
Vamos a acercarnos a la situación de Miguel y Carmen.
Miguel es más bien introvertido, desde luego silencioso, muy independiente quizás demasiado… Carmen por el contrario es una mujer volcada hacia fuera.
Esto lo saben los dos desde siempre, pero el problema se ha planteado a la hora de relacionarse con la numerosa familia de Carmen. Carmen trata de dosificar las reuniones familiares en sentido amplio pero es que a Miguel parece que prácticamente todas esas situaciones le molestan, le sobran totalmente.
Miguel debe entender que Carmen lleva a estas personas en el corazón y por lo tanto él, que tanto quiere a Carmen, debe facilitarle que los siga tratando, que siga disfrutando de ellos, porque ellos son parte de la felicidad de Carmen. Aunque Miguel no lo llegue a entender bien. Hará ese esfuerzo por generosidad y por amor a ella. No porque se muera de ganas de tomar el aperitivo en casa de la tía Enriqueta, sino porque quiere ver feliz a su mujer. Y con equilibrio, le irá diciendo qué situaciones le superan o sencillamente le pillan cansado o con gran desgana para acudir, y Carmen lo deberá entender porque le ha visto esforzarse y ceder en otros momentos.
En definitiva, una vez más se trata de buscar el equilibrio. No podemos caer en esa clásica afirmación de: Ya se sabe que cuando te casas con una persona te casas con toda su familia. No estoy de acuerdo; bastante desafío supone ya dar con la persona indicada como para tener que encajar necesariamente con toda una parentela. Pero tampoco me vale aquello otro de: Yo con quien estoy es con él, no con toda su familia. Porque realmente su familia estaba ya en su corazón mucho antes de conocerte a ti y tu que le quieres lo que buscas es su felicidad. Y su felicidad se apoya también en tratar a sus familiares que tan dentro del corazón lleva.
Así que tenlo claro. No te sorprenda si ves que estás haciendo esfuerzos y saliendo de tu famosa zona de confort para amoldarte a otros entornos, porque lo harás por la felicidad de la persona que más quieres. Casi nada.